lunes, 1 de noviembre de 2010

El derecho a elegir

La primera vez que tome un control para jugar un videojuego, tenia 4 años. El sistema era el Intellivision II y recuerdo con gusto compartir tiempo y diversión con mi papá.

La suprema corte de la Justicia de los Estados Unidos de América esta por comenzar a escuchar argumentos que podrían prohibir la venta de videojuegos que consideren "muy violentos" a menores de edad. Todos los intentos previos de legislar tal acción han sido rechazados por distintas cortes en California y otros estados, gracias a que los videojuegos son protegidos por la constitución de ese país.

No obstante, los legisladores argumentan que los videojuegos son tan dañinos como la pornografía explicita y no deben ser vistos ni jugados por ningún menor. La intención es fundamentalmente errónea, ya que el gobierno esta tratando de decirte que es lo que puedes ver y jugar en tu tiempo libre. Esas decisiones corresponden a las familias con hijos y no a los gobiernos.

Estoy de acuerdo que hay juegos que yo no dejaría jugar a mis hijos. Probablemente ni los acercaría al juego hasta que alcancen una madurez razonable (y esa la determinamos mi esposa y yo, no un gobierno). Pero esa es mi decisión. Si permitimos que otros tomen esa decisión por nosotros, nada los detiene de decirnos que películas podemos ver, que libros podemos leer y que comida es la mejor para nosotros. Es un poco alarmista, pero tenemos el derecho de elegir y hay que protegerlo.